martes, 21 de octubre de 2008

Elegía a la Madre Muerta

¡Silencio!.... Las manos que nos bendijeron
cuando sonreiamos en la blanca cuna,
esas manos dulces, esas manos santas,
hechas de fulgores y de luz de luna
esas mismas manos que a nuestras gargantas
colgaron un día
el escapulario donde esta maria,
esas manos suaves, esas manos buenas
como dos jazmines o dos azucenas,
que sintieron siempre nuestras alegrías
que nos redimieron de todas las penas,
ahora se hallan inmóviles, frias...
¡Pobres manos santas, pobres manos buenas
que nos endulzaron todos nuestros días!

¡La madre en su lecho parece dormida!
¡Se fue para siempre!
¡ Y en sus manos yertas
quedó , como un barco roto, la vida!

¡Silencio!...Esos labios que nos sonreían
como dos claveles,
esos mismos labios que nos bendecían
llenos de perfume, de amor y de mieles,
esos mismos labios que nos enseñaron
a decir : "¡ Bendito y alabado seas!",
de donde salieron tantos, tantos besos
que fueron el alma la primera idea,
el primer arrullo y el primer amo,
ahora se encuentran, tristes, desteñidos...

esos ojos nunca tuvieron
triaiciones ni celos,
esos ojos dulces que en la vida fueron
la esperanza misma que flota en los cielos,
en donde nos vimos siempre retratados
y que realizaban todos los anhelos,
esos mismos ojos se encuentran cerrados...
Los cerro la mano de la torva muerte...

Si tu madre vive, llévale este beso
¡Si quieres, hermano, cambiemos de suerte!

1 comentario:

Pedro Pablo Magaña Herrera dijo...

Por favor, publicar tambien el nombre del autor, que es lo principal, se llama Ricardo Nieto, es de Palmira, Valle del Cauca, Colombia.Su direccion electronica publicado en 1955 es:
http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:S79j0nZqdFoJ:pista.dva.gva.es/cmpal/download/46235/2006-10/20/EL_SUECO%252328-09-1935.PDF+elegia+a+la+madre+muerta&hl=es&pid=bl&srcid=ADGEESiMNY73oBdo2GIMuQb84IcwWtciWr_R4w9XzSit7RWWaHCl7Cg_XCUA-40dKjGOzQ84UBH5lAdPqffxM_uglZYCx3TktfkpPAKWZRp1CWK2IeWASqL5Y09dHta9I_f8Mke7bCf_&sig=AHIEtbRcRPnN1aNiI_RHwEu_xBVElLjc5w

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